...a través de Bertha Dudde - 06.09.1951
BD 5206 Cena del Señor …. “Mira, estoy en la puerta” ….

Venid a menudo a la mesa del Señor para que pueda alimentaros a todos vosotros que estáis hambrientos y sedientos. La comida y la bebida están listas para vosotros y siempre estoy dispuesto a dároslas para llenaros de fuerza que necesitáis para la maduración de vuestras almas. Mantened la comunión Conmigo y llenaos del pan de la vida, con Mi Palabra, que está llena de fuerza nutricional y, por lo tanto, insustituible para vuestras almas.

Quiero ser vuestro anfitrión porque solo Yo puedo ofreceros lo que necesitáis para llegar a ser perfectos. Solo yo puedo daros el pan y el vino correcto, que es el verdadero fortalecimiento de vuestra alma. Por eso, aceptad Mi invitación, no paséis por Mi mesa, que siempre está preparada para todos vosotros y sólo espera a los invitados para que honren al anfitrión ….

Quien sea alimentado en mi mesa nunca más tendrá pasar hambre porque es alimento celestial, es Mi cuerpo y Mi sangre que Yo Mismo os ofrezco porque Yo os amo. Tenéis que comer y beber Mí carne y Mi sangre si queréis ser felices, pero también comprender correctamente lo que significa cuando Yo hablo de Mi carne y Mi sangre. Mi Palabra siempre se debía entender espiritualmente y cada uno, cuyo espíritu está despierto también sabrá el sentido espiritual de Mis Palabras ….

Esto, lo que asegura la vida del cuerpo es la sangre que fluye vivamente a través del cuerpo, por lo que la carne y la sangre son un signo de la vida del cuerpo …. Pero Yo quiero que viva vuestra alma ….

Y entonces ella también tiene que tomar un alimento que mantenga y vigoriza su cuerpo de alma, tiene que tomar carne y sangre, un alimento que asegura su vida, y este alimento nunca puede ser un alimento terrenal material, sino que el alma necesita un alimento espiritual, pero que significa lo mismo que carne y sangre, es decir, vida para el alma ….

Y este alimento espiritual es Mi Palabra, que con su fuerza vigoriza el alma, por lo que es sentido por esta igual que carne y sangre, como la vida verdadera. Tiene una fuerza curativa de la más potente eficacia, vigoriza todo lo muerto y convierte el alma en un centro de fuerza de Mí, y así refresco a los hombres con Mi pan y Mi vino para aquellos que toman la comunión Conmigo …. Los dejo participar de Mi fuerza y gloria, porque lo que entrego es de Mí y solo puede tener un efecto divino.

Es la irradiación de Mi fuerza de amor, que, en consecuencia, es Mí carne y Mi sangre, la expresión de Mi ser original, por lo tanto, Yo Mismo Me expreso a aquellos que comparten la comunión Conmigo y, por lo tanto, estoy presente en ellos, tan pronto como acepten Mi invitación.

Y la forma en la que Me reciben a Mí Mismo, la expresión visible o perceptible de Mí Mismo, es Mi Palabra, que os llega a vosotros como prueba de amor por vosotros, como comida o bebida, como alimento adecuado para vuestra alma. Nunca más podéis comprender Mi Palabra de otra manera:

“Mira, estoy delante de la puerta y llamo a quien Me abre, entraré y mantendré la comunión con él y él Conmigo” ….

Amén